Entrevista con Jorge Pomar “Amor”

El graffiti me introdujo al mundo del arteUn día compramos tres aerosoles con un amigo y nos fuimos a pintar unas bombas. Azul, cromo y negro. Recuerdo ese día con mucha alegría, pura magia. Algo cambió dentro mío.

Pintar en la calle se convirtió en una acción de mucho placer y libertad. Cuando era chico andaba mucho en skate y siempre me encontraba en la calle con amigos. Empecé a vivir la ciudad con mucha curiosidad, tomándola como un lugar de experimentación y exploración. 

"Crucigram", Black Circle Festival, Bushtyne, Ukraine, 2015
“Crucigram”, Black Circle Festival / Ukraine, 2015

Pintar era lo único que me generaba algo intenso. Cuando terminé el colegio no tenía idea de lo que quería hacer. Trabajé en distintos lugares y estudié cuatro carreras en la universidad, sin finalizar alguna.  Gracias al graffiti tuve la posibilidad de abrir muchas puertas.  Poco a poco fui tejiendo amistades, conociendo ciudades y países nuevos.

Encuentro en la calle una riqueza infinita para inspirarme, especialmente en Buenos Aires. Presto atención a diferentes cosas: las medianeras grises de los edificios, sus grietas, las obras en construcción, los mensajes escritos en los baños, los tags en las persianas, los nombres tallados en un árbol, el diseño de las rejas de hierro, las cosas que se enganchan a los árboles, los toldos de colores, las banderas que cuelgan de los balcones, los stickers de los autos, los colores de los fletes, las líneas de trenes y colectivos, las paredes de las vías, la parte de atrás de los puestos de diarios, la basura desparramada, el sonido de la hora pico, un espacio oculto, subir a un techo, bajar a un túnel, entrar en una casa abandonada, tomar café en un bar del microcentro, etc. Tomo a la ciudad como un espacio para jugar, tomar referencias y experimentar situaciones.

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“Círculo vicioso” / Association Le M.U.R / Paris, 2014.

Actualmente trabajo sobre conceptos globales, como por ejemplo el negocio de la guerra. La manera que encontré para hablar sobre esta temática tan oscura es a través de la banalización, utilizando el color como herramienta principal. Mi interés surgió durante la primer semana del Mundial de Brasil. El conflicto en la franja de Gaza se reactivó fuertemente y me pareció totalmente absurdo ver cómo el planeta se encontraba hipnotizado por una pelota.

El año pasado puse mi foco en la vexilología (estudio de las banderas), la identidad y el estudio del color, manteniendo la temática del conflicto. Así nació “$1.800.000.000.000” (un billón ochocientos mil millones de dólares). Esta exposición toma como idea principal la inversión económica que se realiza anualmente en la industria armamentista. Por otro lado, en los últimos cuatro años viajé a distintos países, algunos de ellos metidos en un serio conflicto. En estos lugares fui filmando situaciones de la vida urbana, la cultura local y procesos de murales. Así nació una película-documental llamada “Trece cifras”.

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“Los colores son para las personas, no para las banderas”, Respublica Festival / Ucrania, 2015

En Buenos Aires tuve la oportunidad de participar en “Pintó La Isla”, un hermoso proyecto en Isla Maciel, zona sur de Buenos Aires. Uno de los murales se titula “Historia e identidad de Dock Sud”. Esta es un área muy cercana al puerto de Buenos Aires donde llegaba gran parte de la inmigración a América del Sur a fines del siglo XIX. Lo más interesante de participar en este proyecto es que mucha gente se acercó a ayudar. De esta manera la acción y la obra no se condicionan a tener un marco puramente individual y pasa a pertenecer a varias personas, cultivando un contexto en el que se la cuide más y se generen más proyectos de este tipo.

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“Historia e Identidad del Dock Sud”, Buenos Aires, Argentina, 2015

Pienso que pintar en la calle es un imán de situaciones. Uno se planta en un lugar por una determinada cantidad de tiempo y alrededor confluyen millones de personas, elementos e influencias. El intercambio es una consecuencia asegurada en este proceso. En los últimos años tomé conciencia de que lo más rico es vivir la experiencia, aprender y compartir, sea cual sea el contexto, el lugar, el momento, y hasta incluso el resultado visual de la obra.

Collage on Fabriano paper 200 g 35 x 50 cm 2016
Colage sobre papel, 35 x 50 cm, 2016